Georg Lukács

Georg Lukács (1885-1971) es uno de los grandes intelectuales del siglo XX y, con gran seguridad, el pensador más original y profundo de los que se han adscrito a la tradición marxista. Esta es la primera biografía de gran formato que le ha sido dedicada. El autor ha consultado la totalidad de los escritos de Lukács, desde las piezas dramáticas de juventud hasta las grandes obras de teoría política y estética de la madurez. También ha hecho un amplio uso de material de archivo, especialmente de la correspondencia inédita de Lukács, siendo el primer estudioso occidental que ha tenido acceso los mismos.

La trayectoria de Lukács, que fue a la vez un filósofo y un protagonista político, tiene un gran interés, pues estuvo en el epicentro de casi todos los grandes acontecimientos del siglo XX, desde la revolución rusa de 1917 hasta el levantamiento húngaro de 1956. Antes de la primera guerra mundial Lukács, que fue discípulo de Max Weber y de Simmel, entre otros, había alcanzado ya notoriedad como pensador de gran originalidad en el campo literario y filosófico. Su fascinación utópica le llevó a identificarse con el bolchevismo y a encontrar un camino hacia Marx. Kadarkay traza con detalle su itinerario político y su trayectoria como pensador —que tuvo tantos hitos tan trascendentes y polémicos como Historia y consciencia de clase, El asalto a la razón o la monumental Estética-, prestando atención tanto a su vida personal como a sus ideas. Estigmatizado por una leyenda persistente como ortodoxo y hasta escolástico, Lukács sufrió sin embargo los embates de la ortodoxia, lo que le valió exilios y persecuciones. A lo largo de los años lanzó, en el ámbito de la teoría, diversas cargas de profundidad contra la cristalización de un poder autoritario y cerrado. Lukács abrió en el marxismo perspectivas innovadoras en el terreno de análisis estético y de la historia de las ideas políticas y filosóficas. Su desencantada visión final del desastre moral a que se había conducido a la postre la realización de las ideas que abrazara en su juventud, reviste una notable relevancia retrospectiva, a la hora de intentar trazar un balance, que no puede ser sino provisional, de lo que ha significado una de las corrientes que en mayor medida han contribuido a configurar nuestro siglo.