La edición fotográfica en Ramón Masats

El Premio Nacional de Fotografía 2004, Ramón Masats Tartera (Caldes de Montbui, 1931), ha sido considerado tradicionalmente como un fotógrafo rápido e intuitivo, poco sofisticado intelectualmente aunque de gran potencia expresiva y comunicativa. De hecho, en los últimos años multitud de exposiciones y catálogos antológicos han dado a conocer un gran número de imágenes de este maestro de la fotografía que coprotagonizó una auténtica revolución en el panorama fotográfico español de mediados de los años cincuenta en plena dictadura franquista, y que ha llegado hasta nuestros días con la misma vigencia, la misma fuerza expresiva y la misma frescura de entonces.

Sin embargo, un detenido estudio de sus fotolibros y sus ensayos fotográficos publicados en las revistas ilustradas permiten reivindicar otra faceta más desconocida de nuestro autor: su labor como maquetador. En ella comprobamos cómo Masats tomó conciencia de su discurso fotográfico. De como éste se articulaba plenamente no en la imagen única cartierbressoniana, sino en el seno de los grupos de imágenes y en la secuencialidad fotográfica. De hecho, la narratividad de sus series le llevarán a considerar el libro fotográfico como una unidad expresiva: un todo con significación completa.

Un Masats más sofisticado y erudito de lo que pudiera parecer a simple vista se nos muestra plenamente consciente del montaje, del ritmo, de cómo las imágenes se influyen, se hablan, se comparan, se complementan o se componen unas a otras, de manera que la suma altera la percepción del conjunto.

En sus libros fotográficos Masats plantea un lenguaje transvisual propio, que recorre disciplinas tan diversas como el cine, la fotografía, el cómic y la literatura. Un lenguaje que, con toda lógica, finalmente le llevará a explorar el mundo del montaje cinematográfico y la dirección de documentales audiovisuales, actividad que desarrolló durante casi veinte años.