Vicent Cañada Blanch (1900-1993)

De la dilatada aventura del mecenazgo de D. Vicent Cañada Blanch (Borriana, 1900-1993), de sus dificultades, de sus logros, de la galería de personajes públicos, entidades e  instituciones que participaron en los proyectos que tejió para darle un destino cabal a su fortuna, trata este libro.



Afincado con apenas veinte años en Londres (1920), donde permaneció parte de su vida, protagonizó un temprano despegue en los negocios ligados al comercio naranjero que le permitió iniciar, terminada la Guerra Civil española, primero una modesta actividad de mecenazgo en su pueblo natal, y después, en 1961 crear allí una Fundación que durante dos décadas premió, de la mano de la Facultad de Ciencias de la entonces Universidad Literaria de València,  a los mejores estudiantes de física, química y matemáticas de todo el recorrido docente.



Preocupado por los emigrantes españoles en los países del entorno europeo, en los años setenta del pasado siglo hizo posible con generosas aportaciones económicas la creación sucesiva de dos Colegios en Londres, de los cuales el actual Instituto Cañada Blanch de Portobello Road es el sucesor.



Paralelamente creó la Anglo-Spanish Cultural Foundation (Founder Vicente Cañada Blanch) (Londres, 1967) y la actual Fundación Cañada Blanch (València, 1970), hoy gestora de su legado, dedicándose, la primera, en conexión directa con la London University a becar a licenciados españoles y británicos para su formación investigadora; y, la segunda, en conexión con la Facultad de Derecho de la ULV, a otorgar premios a los mejores estudiantes de Facultades y Escuelas Superiores en el marco de las dos Universidades públicas valencianas de los años setenta (las actuales Universitat de València-Estudi General y la Universitat Politècnica de València).



La Fundación británica contribuyó poderosamente al acercamiento de España y Gran Bretaña (país por el que sentía auténtica admiración), abriendo sólidos cauces para la relación y conocimiento mutuos entre sus élites universitarias.



En los momentos postreros de su vida (1993), su generosidad hizo posible que la ASCF (FVCB) y la London School of Economics and Political Science firmasen un convenio para la creación de la Cátedra Príncipe Felipe de estudios hispánicos contemporáneos, cuya prestigiosa actividad sigue hasta nuestros días, bajo la dirección del profesor Paul Preston.



En su último testamento (1987) legó su notable fortuna a continuar la Obra de mecenazgo que protagonizó en vida, y que ha alcanzado un gran prestigio.