En el fons, la terra. L'Horta en la memòria es el primer título de la nueva colección «País»
La Institució Alfons el Magnànim – Centre Valencià d'Estudis i d'Investigació acaba de lanzar el primer libro de la nueva colección «País», que arranca con el libro En el fons, la terra. L'Horta en la memòria, que tiene como protagonista la transformación de L'Horta Nord.
El autor, Joan Dolç, nos acerca al mundo de la huerta con una mirada subjetiva, pero recurriendo al apunte histórico, con lo que refleja una economía, unas formas de vida y un paisaje que conformaron la cultura valenciana.
El libro toma como punto de partida los cinco primeros años de la vida del autor, que nació en una alquería de L'Horta Nord junto al barranco del Carraixet, un mundo anclado en el tiempo, aislado y autosuficiente. Más allá del testimonio personal, Dolç recrea y hace el balance de un ecosistema natural y social que conformó a lo largo de los siglos una buena parte de la cultura valenciana y, justo en aquel momento, iniciaba su declive definitivo; de aquí el subtítulo de la obra: L'Horta en la memòria.
En el fons, la terra es un ejercicio literario que juega con la cronología para incluir acontecimientos pasados y futuros en una narración de carácter autobiográfico que, aparentemente, alcanza sólo un lustro. Esto permite al autor explicar desde dentro la transformación de un mundo secular en decadencia. Lo hace mediante una mirada subjetiva, entre la nostalgia y la mordacidad, pero también recurriendo al apunte histórico, la descripción antropológica, la observación de carácter sociológico y digresiones abundantes sobre el paso del tiempo y el valor de la memoria.
La obra, dirigida por Francesc Pérez Moragón, se complementa con un conjunto de fotografías del mismo autor relacionadas con los hechos narrados y sus escenarios.
Joan Dolç nació en 1956 en Alboraya (Horta Nord). Se inició en la literatura en la década de los ochenta, cuando empezó a publicar un puñado de novelas que mezclaban un humor descabellado con las convenciones del género policial. Eran historias en las que convergían un ruralismo cada vez más anacrónico, del cual él procede, y una industrialización que nunca acababa de cuajar.
Después de un periplo profesional que lo alejó mucho de aquel entorno y aquellos temas, Dolç vuelve ahora con unas memorias peculiares que juegan con el tiempo y, de vez en cuando, toman forma de ensayo literario para dar forma a una visión vitalista y a la vez crepuscular del paisaje y el paisanaje de su infancia, que considera definitivamente periclitados.